En mi país se dice que el amor entra por el estómago, lo que quiere decir que si una dama o caballero buscan conquistar a un enamorado, deben procurar cocinar, o en tiempos modernos, invitar a los lugares donde la mejor gastronomía se elabora.
Pero si de lo que se trata es de que un país o ciudad conquiste nuestro corazón, pues qué mejor que lo haga conquistándonos primero desde lo más profundo… del estómago.
La primera en guiñarnos el ojo, pero sin ser la dueña de nuestro corazón todavía, es la cocina italiana. Su cocina es la más facilota de todas, pues es la más exportada del mundo y en cualquier rincón puedes encontrarla; aunque no con el sazón de su lugar de origen. Nos derrite con sus pastas, pizzas, pero no sólo eso; también con excelentes ensaladas y las maravillas que logra con carne, arroz y mariscos.
La segunda en coquetearnos es la comida de la India, la cual está llena de contrastes. Se puede poner brava con el picante, pero también es poseedora de una gran variedad. Su táctica es atacar con su famoso pollo al curry, pero en su estrategia de conquista vemos también samosas y Pohe.
La tercera asiática provocadora es la comida china, ella siempre tan exótica, nos tira casi cualquier cosa que se mueva. Y nos ataca con su sabiduría milenario y su infinidad de condimentos.
La siguiente coqueta casi logra robarnos el corazón, es más, me parece que sin lugar a dudas es con quien engañamos a la gastronomía ganadora, se trata de la comida francesa. Con su espectacular arrogancia, los platillo franceses nos roban el paladar y son dignos siempre de quererlos imitar en todo el mundo.
La dueña de nuestro corazón es la comida española con su originalidad y variedad, nos cautiva con sabores únicos desde lo básico como una tortilla española, hasta lo más complejo y mestizo. Es la ganadora indiscutible avalado por un juez experto e imparcial (nuestro estómago).